SABIA QUE TE AMABA





Se cruzaron por accidente.
Se reconocieron al instante, se miraron sorprendidos, se sonrieron y se saludaron.
Ella iba a darle un beso en la mejilla pero él puso la mano.
Ella sorprendida iba a tomar su mano y entonces, él puso la mejilla. Estaban nerviosos.
Se sonrieron ya sin saludarse, ni el beso ni la mano. Una larga mirada.
Una sonrisa, una pausa un silencio que pareció eterno.
-Cómo has estado? se preguntaron al unísono.
Nuevamente la sonrisa.
-vos primero- dijo él.
- no esta bien, contame vos dale.- insistió ella
- bueno... nada importante, todo igual ya sabes como es mi vida.- sonrió el hombre al terminar la frase. Pero sin dejar de mirarla. Ella no se dio cuenta que lo hacía. Es que lo veía a él.Lo notaba tan seguro de si mismo como siempre... como lo recordaba. ¿Estaba más viejo? ¿Cuánto tiempo había pasado?... vaya había sido mucho. Pero ahora estaba de pie frente a ella, lo miró a los ojos.
Recordó cuantas veces había mirado sus pupilas mientras lo besaba. Miró su boca, sus labios se movían; pero ella no escuchaba lo que decía. Sintió unos desos enormes de besarlo...pero no, que locura.
- si claro- respondió para salir por fin de sus pensamientos.
- y a vos ¿como te ha ido? ¿Qué has hecho?
- bueno- comenzó diciendo la mujer- hice el viaje aquel que estaba planeando ¿te acordas? Fue un lío nada salio como lo planee.
Ella continuaba hablando, él solo sonreía y afirmaba con la cabeza.
¡Cuanto había extrañado su voz, su forma de mover las manos al expresarse! la forma en que lo miraba a los ojos cuando le hablaba, la forma en que mordía su labio inferior cuando quería decir algo y no se animaba. Justo como lo hacia en ese instante.
¿Qué sería lo que deseaba preguntarle y no se animaba?
Estaba tan hermosa como la recordaba. Si parecía que el tiempo no hubiera transcurrido en ella. ¡Cielos... cuanto la había amado!... ¿cuánto la había amado? cuanto la amaba.
Siempre supo que no podría dejar de quererla, de amarla, de pensarla, de soñarla... de besarla.
¿Por qué se habían separado? A si... ya lo recordaba.
La veía sonreír, y mover sus manos al hablar, de esa forma que a él le encantaba. Miró su boca.¡cuanto desaba besarla! Pero no... Prefería verla de vez en cuando y poder hablar con ella, escuchar su voz, mirarla a los ojos. A que se alejara de él definitivamente.
La vio morder su labio inferior nuevamente, se sonrío no pudo evitarlo. Pensaba en que sería lo que deseaba decir y no se animaba. Él se moría por saberlo.
- ¿Queres preguntar algo?-dijo por fin
Ella se sorprendió, como un niño cuando se ve descubierto en algo que no debía. Se quedó unos segundos en silencio, no dejaba de morderse.
- No, no - dijo por fin. -Es que como estamos aquí de pie en medio de la calle me preguntaba si no seria bueno ir a tomar algo para hablar más tranquilos.
Él bajó la vista... miró su reloj.
Ella tocó su mano.
- No ... no, no te preocupes igual, acabo de recordar que ya estoy atrasada llegaré tarde a un lugar. Lo dejamos para otro día.

¡Que vergüenza sentía!... claro que no quería tomar nada con ella.Si apenas la saludaba cuando la veía.
Tantas veces que haciendo el amor le juró que siempre la quería, la amaría, la pensaría, la soñaría; que siempre la desearía. Y ahora cuando se veían le daba la mano. A ella... que tantas veces se había dormido exhausta junto a él. Luego de que ambos se hicieran el amor.
Era solo un café. Aunque moría de ganas de decirle que aún lo amaba que no dejaba de pensar en él, que era imposible para ella olvidarlo. No soportaba el dolor, miraba su reloj para inventar una excusa así que mejor diría una ella.
-Ya se me hizo tarde que tonta lo siento... lo dejamos para otro día.- y acomodaba sus cosas en la cartera. No podía mirarlo a los ojos las ganas de llorar que sentía eran demasiado fuertes, si lo veía a los ojos olvidaría todo su orgullos y dignidad. Olvidaría todo, con solo mirarlo a los ojos, le diría todo lo que realmente sentía.

Él miró su reloj.
Tomar algo con ella, hablar de lo que fuimos de lo que aún podemos ser.
Pero claro recordó que no puede. Sintió su mano sobre la de él. ¡Cuánto extrañaba ese calor! No podía evitar sentirse tonto junto a ella. ¿Por qué le había dado la mano? si lo que deseaba era estamparle un beso en su hermosa boca.Sentir esos labios cálidos y húmedos aunque sea una sola vez mas. Pero no. ¡La mano... que tonto!
¿Cuántas veces la había acariciado? ¿Cuántas veces había recorrido su cuerpos? llenándola de besos y caricias. ¡Que torpe se sintió!
No podía mirarla a los ojos, así que prefirió disimular mirando su reloj. Luego ella le toco la mano. Y el fuego dentro de él despertó. Levantó la vista buscó los ojos de ella. Le diría que aún la amaba que jamás la había olvidado que olvidarán el pasado. Y se dieran una nueva oportunidad.
Pero no, ella no lo miraba, necesitaba su mirada para sentir que había una oportunidad.
Es que por alguna razón, ella solo acomodaba cosas en su cartera. ¡Santos cielos! ¿Qué tanto tiene que acomodar? ¿por que no lo mira a los ojos? definitivamente ya no le importaba. Ya lo había olvidado.

Él ya me olvidó. Definitivamente ya no significo nada para él.
Moría de ganas de besarlo

Moria de ganas de besarla.
- si otro día no hay problema. Yo también ando un poco apurado hoy.
- si claro entiendo me pasa igual.- por fin encontró los anteojos de sol.Se los colocó. No quería que él se diera cuenta de cuanto deseaba llorar.

Esos estúpidos anteojos, no me dejan verla a los ojos. Si pudiera verla, si pudiera mirarla a los ojos y ver en ellos esa mirada que una vez vi cuando decía que me amaba. Pero no . Esta muy apurada, es mejor así.

Él esta muy apurado. Es mejor así.
Se saludaron, esta vez ambos coincidieron y lo hicieron en las mejillas.
- Que este bien.
- Si claro... vos también.

Quien diría que alguna vez se amaron tanto.
Quien diría que aún se amaban tanto.
Caminaron en direcciones contrarias y ninguno de los dos miró hacia atrás.
Ella secó sus lágrimas.
Él ahogó el nudo que sentía en su garganta y solo siguieron caminando.



MARISOL


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