I





Suspiro y los latidos de mi corazón se aceleran.
¿Qué sucede?
Es él que se aproxima junto a los pasos del padre tiempo
Ahora hablamos sin saber qué decir
Guardando silencio para no interrumpir los gemidos que liberamos
Intentando “jugar” a no sentir.
Y somos unos tontos, al pensar que podremos lograrlo
Es claro que seguimos encontrándonos en la mirada del otro.
Mírame… continúo siendo quien te acariciaba por las noches
Y te despertaba con palabras de amor en las mañanas
¿No reconoces mi voz?
¿No sabes acaso que soy yo?
Piensa… siente… recuerda…
Percibe mi piel temblar cuando te acercas.
¿Reconoces su calor?
Sin mirar te alejas
y las palabras que no soltamos se marcharon para morir contigo.


Despertando el alma



Escucho tu voz en la noche, que una vez más me hace temblar.
Estás entre las sombras pero no te puedo tocar.
Tinieblas que enceguecen y queman las palabras escritas en el papel con tinta de silencio.
Somos dos entre miles y hoy, solo unos miles más.
Que nadie toque tu recuerdo ni borre tu sonrisa de mi memoria.
Lo sé y lo sabes, que todo pasa y todo cambia
Ni eres quien fuiste a mi lado ni soy quien era junto a ti.
Solo dos extraños en la noche de un año más, de un cielo nuevo y la misma luna.
Mejor callar, ni llorar ni gritar ya todo pasó… el amor murió y el dolor dejó paso a la paz.
Recuerdo que te conocí, que una vez te vi, que aquél día fuimos dos.
Pero ahora solo estoy yo y tú… tú ya no eres.

Silencio la aurora se está haciendo presente,
silencio esta mi Alma despertando
Y ella me recuerda que tengo por quién seguir.
Melodías y sonrisas que te traen sin que te busque.
Tú no estás y aún somos dos.