LEER EL ALMA





Halo de luz lo rodea, y eres mi realidad. Estrepitosa caída, desasosiego infernal si acaso un día no sabes a mí llegar. Pero he aquí mi bien, que transportas a este ser al cielo, cuando en tu gran nube por fin veo tu majestuosidad. Suspiros, que el viento se lleva y que la nada abraza. Permaneces en el mundo de Morfeo, quien se ha adueñado de nuestras vidas. Pavimentamos calles con ilusiones, sentimientos y cesaciones que el llano acalla. Deseos desafiantes y noches tiritantes.
El frío sabe estremecer el sonido de los corazones que al unísono palpitan.
Estrellas a las cuales se les pide un mismo deseo, que permanezca el hoy, que no amanezca el mañana. Que se ahoguen las palabras sino consiguen a do llegar.
Sabes lo que siento, aunque mi boca no emite sonido, conoces de mis sonrisas aunque no veas mi mirada. Entiendes mis silencios que son los tuyos, cada mañana.
Y el temor de perder lo que no se ha tenido continúa su marcha. La turbación de la incomprensión, y el dulce sonido de tu voz. Acalla, combate, y reprime el llanto que a mi pupila acude. Y el golpe que da el destino a mi pecho, lo sosiega tu sonrisa.
Inmaculada sea entonces tu presencia, bendita tu mirada, bienaventurada la hora que te hizo mi norte.
Y los dolores que antes la vida te causó, desearía borrarlos todos yo con el roce de mis labios, un beso, un abrazo, mucha paz y todo el amor que te haga falta.
Que olvidarás así lo que fue en ti una vez soledad, que recibieras las cartas… esas que una vez al mar envié, permanecen escritas en el tiempo, tanto que parecen horas en demasía distantes.
Soy navegante en de la noche, soñadora durante el día. En un barco, sin brújula ni timón…guiada solo por esa, tu canción. Una vieja narración que ya se olvidó, una historia de amor que nunca se escribió.
Fracasos de puertos una y otra vez, escucha, entiende, comprende…que no hay dolor más grande que la muerte de las palabras. Esas que se callan por temor, por pudor, por solo dudar. Naufragan así los sentimientos que nos desengañan una vez más. Que no desaparezca la parte de mí que hay en ti, que se acreciente eso de ti que hay en mí.
Que no le temo al hades si en él estas tú. Su fuego no daña, si tu mano es quien me guía… y su tormento no desequilibra la estructura de mi ser, si tu mirada me sabe responder. No deseo que seas otro o que se transformen tus ausencias en sonidos, si eres parte de ellos ¡benditos minutos mudos, durad!...si tus vacilaciones…muestran ante mi tu alma… ¡dichosa vacilación! tu debilidad es mi fortaleza, ¿Cómo permitirme doblegar, si debo sostenerte? Y aunque todo confunde y trastorna. No huyo… tus manos me dan calor, y tu presencia luz. Así me vuelves débil y fuerte…feliz dependiente de tu ser. Transformado mi universo, en esa estrella que tanto busque.
Vadeas así el mar, en busca del destino, que te atrapa en su seno, y te llena de silencios, de palabras, de risa y de llanto. Yo finjo cautela y tú locura. Entonces te transportas en tu libertad, y vuelas, a construir sueños insondables…en naves que ya no naufragarán. Escucho tu voz, pero permaneces callado, mientras entono yo esa melodía que hoy es de los dos. De ti, de mí, nuestra.
Creo que mi corazón ha tomado un camino sin retorno y no lo voy ha frenar ni silbaré para que se regrese, él ha escogido, no hay temor. Y el cuervo que clavaba sus garras en mi hombre voló lejos, ya es solo una sombra, un punto negro en el cielo, no hay distancia, es solo una distorsión de la realidad. Lee entonces mi alma que yo leeré la tuya.

2 comentarios:

  1. espero a esa persona le haya gustado... besos Alejandro y gracias por leerme y por tu comentario

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