RECONOCERME

06/11/2011




Aún no abro los ojos, pero sé, que el día ha llegado. Siento el calor del sol recorriendo la habitación, inmiscuyéndose entre mis sábanas y refugiándose en mi cuerpo. Puedo percibir esta calidez, recorriendo cada una de mis células. Estiro los brazos, despertar es placentero (salir de la cama no). Intento recordar si soñé y con qué fue. Es fácil sonrío…tú eres mi sueño. Con el sonido de la tormenta nocturna me perdí en Morfeo y en él, te hallé. Recostado junto a mi calor, narrando historias llenas de color, entonando melodías de piratas y surcando mares, para llegar a esa isla donde ocultas innumerables tesoros. Todos ellos valiosísimos y que (según dijiste) compartirías con ésta, tu mujer del Río de la Plata. Amanezco feliz, estás en mí, pero eso es algo que ya sabes, conoces de mis seños en donde tú eres el actor principal. Permaneces en mis horas, en las que necesito crear diálogos los cuales pueda protagonizar. A veces intento darme cuenta que el dolor pasa y la felicidad es como una suave llovizna de verano, aparece cuando menos lo esperas, alivia el alma y desaparece antes de que puedas disfrutarla todo cuanto deseabas. Así de fácil, comienza mi día, viéndome al espejo, intentando hallarme, descubriendo en mis facciones a una mujer que no estaba allí ayer. Es difícil reconocerme en ella, cuando me ve con esos tan apagados, con esa mirada que parece estar llorando de continúo…no soy ella…no. Mi yo anterior, reía, jugaba, soñada… ¡Despertar, soñar, vivir, reír…existir tal vez! (no es como lo recuerdo, pero es como lo siento en este segundo). Un pie en el frío suelo y luego el otro, estoy en la realidad… ¡caminar, avanzar, luchar, conquistar y otras veces perder! Intentar ser quien nació en éste universo…Perderte, hallarte, despertar para reír, crear fantasías para conseguir vivir…y siempre, siempre necesitar más. Luchar por ser quien no soy, no encontrarme, querer rescatarme del infierno al que caí, en el cual mi alma se consume sin conseguir rescatarte. Saber que te extingues, que desapareces de mí, que ya no eres lo que eras y no lograr asirte. Dulce néctar que de tus labios nace, mágico veneno que de tu amor mana…y una vez mas…mi día comienza… ¿Qué haré?





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