22/03/2012









La luna, no brilla igual. Desde que ya no estás, me es difícil continuar mi caminar, si no esta tu mano que me pueda sostener. Mi corazón grita por tu ausencia, pero se ha quedado sin voz. Dormiré en la noche eterna hasta que sepas otra vez a mí llegar. Puedo esperar una perpetuidad. Una mirada y arrancas la piel de éste cuerpo. No está el sonido que solía escuchar, a lo lejos solo el silencio, el mar no mece sus olas y el tiempo fatuo persigue al pasado sin misericordia. Éramos ángeles atrapando quimeras en el infinito de nuestros corazones. Ahora nos hemos convertido en remedos de humanos, intentando descubrir que hacer con lo que llevan en las manos. Sin alas, atrapados como anclas al suelo que no nos asfixia. Perdiste tus batallas, naufragaste con tus letras, desapareciste tras el alba. Tu mirada vacía guarda sentimientos y confusiones que nadie sabe comprender. Es que estás sin mí, estoy sin ti. Te llevas el trozo de mi alma que te pertenecía y poseo una fracción de corazón que ya no cabe en mí. Se pasa la oscuridad, comienza la luz. No te encontraré cuando me vea al espejo, ni sabrás quien se mira en él. No somos nosotros, solo es alguien, un desconocido tal vez. Que no sabe de razón o amor. Que no entiende de perpetuidad, de almas que se encuentran una y otra vez. Ni de ángeles que dejan de ser. Se me escapa la arena que cargo en mis puños. La dejo desbandarse frente al mar. Ya no puedo esperar, no volverás, ya no estarás. Comienzo mi marcha, nuevamente, camino…sola.




3 comentarios:

  1. Me gusta como escribís Marisol. Me gusta mucho. Los tres puntitos colocados en el comentario anterior es porque no sabía que opinar. Me dejó pensando. Tengo preguntas y no se dónde hacerla. En fin, me da gusto leerte y seguir creyendo en algo que quizás sólo vos entendés. Saludo.

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  2. A veces los silencios dicen mucho. Y lo que quieras preguntar sabes donde estoy...gracias por lo demas...saludos

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