Es inevitable el paso del tiempo y llegar al final de lo que
tanto hemos temido. Las corrientes que transmutan nuestro sentir, eleva las
emociones para ser consumidas en el fuego del olvido. Somos lo inesperado, no
lo inalcanzable, el sueño que se torno en colores de ilusiones atrapadas por las
redes del olvido. Al concluir el viaje que sabemos inhóspito nos hallamos
resueltos a comenzar otra travesía. A veces (con algo de suerte) nos percatamos
de los pensamientos dañinos, y esa sensibilidad que nos acosa y consume se funde
en nuestro ser despojándonos de toda armadura, mostrando nuestros esqueletos
tal cual son. Seres insípidos incapaces de razonar. Cuerpos llevados únicamente por la
razón imposibilitados para sentir emoción. Sentimientos
asesinados y almas mutiladas, afanosos andamos en busca de lo que hallamos y al
alcanzarlo... rechazamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario