Suelo creer que lo que sueño es parte de mi realidad. Así cada
mañana, ¿o es cada noche? (Encuentro cierta confusión en ésta parte). Abro mis
ojos, la música aún suena, (tengo esa manía de hacer que la melodía suene de
continúo en mi mente). La ventana de mi habitación esta a mi izquierda. Así
que si giro mi cabeza o si despierto viendo hacia ese lado, la luz del sol
acaricia mi rostro rápidamente. Necesito tomarme un momento para abrir los ojos por completo, en
realidad no quisiera hacerlo jamás. ¡Estaba tan cómoda en mi fantasía! ¿O era
mi realidad? Es en la duración perpetua de esos segundos que la luz se mezcla
con la oscuridad, la noche con el día y todo es un sueño y a la vez parte de mi
realidad. ¡Me gustan esos segundos más que cualquier otra hora en el día!
Recuerdo haber visto un universo sin estrellas. Las había robado
para ti. ¿Lo recuerdas? Camino en realidades inviertes en las que me
enseñas a soñar, a volar, cantar y ver el recipiente siempre medio lleno. Corazón
silencioso ¿Qué es lo que guardas en él?
El astro entonces quema, un sol auténtico y una luna que hiela.
Temo así, que las flores se marchiten. Pero entonces, la magia comienza a rodearme y siento tu perfume en mi piel, tus caricias en mi cuerpo y tus besos en mi boca. Late el amor, en la majestuosidad del tiempo, bajo la sombra de ese árbol en cuyas ramas están escritos los nombres que el destino unió. Nuevamente camino entre el gentío, mis pies pesan tanto que no logro despegarme del suelo. No sin tus alas. Y aunque no siempre te veo tras el espejo, siempre te siento en mí. ¿Por qué sucede así?
Temo así, que las flores se marchiten. Pero entonces, la magia comienza a rodearme y siento tu perfume en mi piel, tus caricias en mi cuerpo y tus besos en mi boca. Late el amor, en la majestuosidad del tiempo, bajo la sombra de ese árbol en cuyas ramas están escritos los nombres que el destino unió. Nuevamente camino entre el gentío, mis pies pesan tanto que no logro despegarme del suelo. No sin tus alas. Y aunque no siempre te veo tras el espejo, siempre te siento en mí. ¿Por qué sucede así?
El insomnio hace que mi espíritu se precipite cuando tú
presencia está en la habitación, ¿merezco tu compañía Ángel de batallas eternas
y memorias confusas? Eres, sin duda alguna, dueño del más cruel de los olvidos
y del más fatuo de los corazones. La felicidad y la victoria a veces no van de
la mano. Pero la victoria de encontrarte me llena de felicidad y la amargura de
tu ausencia lastima mi esencia que apocada y solitaria se quedo con una pluma
sin respuesta y una hoja en blanco, cuyas letras no llegaron a nacer. La mente
juega con nosotros y nos muestra quimeras infructuosas. Deseo descubrir la manera de estar junto a ti. En un ensueño o en la realidad. Cuando duermo o cuando
despierta me hallo. Ayer, ahora, mañana, siempre y un día más…junto a ti.
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