Después de lo vivido, de haber andado los caminos que recorrí, de haber visto las cosas que vi, de escuchar lo que oí y sentir lo que en mi corazón nació, digo, con toda certeza, que deseo, que no lo traicionen como él lo hizo, que no le mientan, ni lastimen, que no jueguen con sus emociones, que no lo dejen en el cajón del olvido. Porque como suelen decir, éste mundo gira, y girando tarde o temprano lo que hizo, se lo harán.
Me pregunto por qué es así... cruel, frío, mentiroso, traicionero, falto de escrúpulos y de dignidad...luego recuerdo que solo es un simple hombre, respiro profundo y continúo con mi vida en paz, mientras él sigue sin saber que buscar...
Es un asesino sutil que cada día mata un poco mas el amor que fecundó en mí.
Lo destruye sin piedad, lo destroza con liviandad, lo ahoga poco a poco con placer y regocijo.
Jamás fue quien yo creí, no era el sueño de la mañana vuelto a nacer.
Solo fue ilusión trunca fantasía, mera irrealidad.
No lastiman sus palabras tanto como sus acciones...
¿Cómo puede alguien que fue ángel convertirse en demonio?
Lo destruye sin piedad, lo destroza con liviandad, lo ahoga poco a poco con placer y regocijo.
Jamás fue quien yo creí, no era el sueño de la mañana vuelto a nacer.
Solo fue ilusión trunca fantasía, mera irrealidad.
No lastiman sus palabras tanto como sus acciones...
¿Cómo puede alguien que fue ángel convertirse en demonio?
Quiero gustarte como tú me gustas, pero sé que no te gusto, al menos no, de esa forma en que le gustas a mi corazón, porque el mío de sentimientos esta hecho y el tuyo tan solo de roca, no te gusto lo sé, y tu me gustas lo sabes, te aprovechas de lo que te doy al saber que mi ser te anhela y mi alma te desea. Otra vez siento el deseo de gustarte como solo tú me gustas, pero no te gusto lo sé, ya que no sabes lo que deseas hallar. Mientras tanto me alejo y perderás lo único que te ha valorado por ser quien eres y no quien pretendes ser...me gustas...¿te lo he dicho alguna vez?
Quiero besar tu boca, perderme en tus labios, llenarme del sabor de tu aliento, permanecer en el juego frenético de tu lengua. Hacerlo una y otra vez, perder el control de mi identidad, cerrar los ojos respirar en ti y volver a comenzar todo otra vez...
Una despedida siempre es dolorosa, desgarra nuestras almas y debilita nuestro espíritu. Pero, si logramos soltar esa mano que una vez fue nuestro estandarte y decir "adiós" con toda la dulzura de nuestra voz y con toda la pasión de nuestra piel, si conseguimos hacer que todo ese amor que una vez inundó nuestro corazón quede atrapado en una burbuja de tiempo junto a las efemérides de horas colapsadas y absorbidas como la lluvia por la sequedad del olvido; tal vez, y solo tal vez ese amor permanecerá en el infinito de lo inmortal. Cada nuevo nacimiento, cada vez que se desprende de nuestros labios un "te amo" es un suspiro único, un tono semántico que ya nunca más se repetirá aunque digamos lo mismo millones de veces. Por lo tanto, cada vez que nos enamoramos debemos colocar un marco único en la galería de lo eterno. Y permanecer en silencio con la muerte de cada amor.
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